Las finanzas sostenibles desafían al ‘mundo Trump’ con 70.000 millones de inversión
La Comisión Europea ha lanzado un plan estratégico para
impulsar las finanzas verdes.
Por Carlos R. Cózar
Las inversiones sostenibles han
dejado de ser parcela de la responsabilidad social corporativa para hacerse
hueco en las inversiones anuales de las grandes compañías. De hecho, en las
negociaciones entre fondos de capital y las corporaciones ya se exigen hojas de
rutas para dedicar una parte del presupuesto en la inversión en medioambiente,
en igualdad social o en gobernanza corporativa.
La calidad de nuestro alrededor
preocupa, y mucho. La emisión de carbono a la atmósfera, el cambio climático,
la igualdad entre hombres y mujeres o la pobreza infantil son los grandes retos
a resolver por parte de las compañías, que ya invierten en las denominadas
finanzas sostenibles. Según fuentes del sector, la cantidad que destinan las
corporaciones son de 70.000 millones de euros en activos bajo gestión y existen
1.750 inversores institucionales que apuestan firmemente por la sostenibilidad.
España, de hecho, se ha tomado en
serio las finanzas verdes. Por ejemplo, la emisión de bonos verdes por parte de
las corporaciones superaron los 5.000 millones en 2017. Dos de las empresas que
más esfuerzos hacen por invertir en las denominadas las finanzas sostenibles
son las energéticas.
Así, Iberdrola emitió bonos por
valor de 2.750 millones el año pasado, liderando claramente este mercado en
España -actualmente cuenta con 7.200 millones en financiación verde-. Repsol,
por su parte, fue la primera petrolera en emitir 500 millones y Gas Natural se
financió por valor de 800 millones a través de las inversiones sostenibles.
La banca española también se ha
sumado a este nuevo modelo económico. Banco Santander y BBVA son las dos
entidades que más firmemente han apostado por la inversión sostenible. Por
ejemplo, el banco dirigido por Ana Botín lanzó dos nuevos fondos verdes y el de
Francisco González lanzó una emisión de 4.300 millones de euros.
La UE y China plantan cara a Estados Unidos
La firma del acuerdo de París en
diciembre de 2015 cambió el rumbo de la economía mundial. Y la Unión Europea,
con Francia a la cabeza, ha marcado un nuevo camino para la sostenibilidad
mundial.
Otros países tradicionalmente
poco respetuosos con el Medio Ambiente como China, también se ha sumado a esta
apuesta que requiere una inversión de 180 mil millones de euros anuales para
destinarlos en la eficiencia energética, la generación y transmisión de energía
renovable y el transporte.
Mientras, y como viene siendo una
constante, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se queda al margen.
Incluso dentro de su propio país. El presidente estadounidense no cree en el
cambio climático, no se toma en serio la brecha salarial, ningunea a los
migrantes y no contempla en su programa medidas inclusivas y transversales.
A pesar de ello, fuentes del
sector aseguran que este hecho no parará los planes a corto y medio plazo para
la inversión en finanzas verdes. Además, muchos de los estados de EEUU han dado
un espaldarazo a la nueva visión económica y se han adherido a los diferentes
pactos mundiales para sumarse a esta nueva y necesaria tendencia.
Por otra parte, desde el sector
de las inversiones también ven con buenos ojos la posición del nuevo gobierno
de España ya que se ha propuesto, por ejemplo, en eliminar la energía nuclear o
incentivar las energías renovables, así como las diversas medidas sociales que
tiene en mente el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Así pues, amén de Trump, tanto inversión
privada como organismos públicos parecen remar en la misma dirección. Por eso,
la Comisión Europea se ha puesto manos a la obra y en menos de un año ha tomado
cartas sobre el asunto. El pasado 24 de mayo presentaba el Plan de Acción sobre
Finanzas Personales.
Entre los objetivos del organismo
europeo están el de reorientar los flujos de capital hacia una economía más
sostenible, integrar la sostenibilidad en la gestión de riesgos en el sector
financiero y fomentar la transparencia y el largo plazo.
Este último, desde el sector de
las finanzas, lo consideran de una vital importancia para pensar en que las
inversiones sostenibles deben verse a “largo plazo y no tener prisa en verse
reflejado en los resultados del siguiente trimestre o siguiente año”.
Con estos objetivos que se ha
marcado la Comisión Europea, con fecha de caducidad para 2030, se pretende
reducir el 40% de las emisiones nocivas a la atmósfera, que el 27% de la
energía provenga de las renovables y que se reduzca un 30% el gasto energético.
Publicado originalmente en: https://www.elespanol.com/economia
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