El letargo de la economía mundial contagió a Japón
POR MORIS BERACHA
La pandemia se ha sumado, pero no es
totalmente responsable de la caída en el índice de productividad de la manufactura
en Japón. En la medición de julio, se muestra que, por decimoquinto mes
consecutivo, el indicador se mantuvo por debajo del límite de 50%.
Además de esta contracción, indicadores
como los nuevos pedidos y el empleo, volvieron a disminuir. De hecho, según una consulta realizada por
Reuter a más de 30 economistas, se prevé una merma en el PIB de 5,3% durante
2020, lo que se traduce en la mayor contracción económica desde 1994, y un
crecimiento de 3,3% para 2021.
La situación debe observarse con cautela,
porque además se presenta una importante caída en las exportaciones, las cuales
se desplomaron durante junio a un ritmo de dos dígitos por cuarto mes
consecutivamente, alcanzando un descenso de 26,2%.
El crecimiento japonés se ha visto afectado
por la escasa actividad comercial en el resto del mundo, la poca demanda
interna, los grandes inventarios que no ven salida, así como las restricciones
a los viajes. Los inversionistas tenían puestas sus esperanzas de un pequeño
repunte, generado por la flexibilización de las medidas de emergencia por la
crisis de salud, pero lamentablemente ello no fue así.
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