El futuro de las finanzas digitales

 



No hay duda de que los reguladores mexicanos han dado pasos importantes: La publicación de la Ley Fintech, así cómo los requisitos mínimos para el “onboarding digital” del Sistema Financiero. Sin embargo, el esfuerzo no ha sido suficiente.

Estamos avanzando vertiginosamente hacia una economía centrada en lo digital. El distanciamiento social provocado por la pandemia del Covid-19 no hizo más que acelerar esta transformación.

La civilización continúa encontrando formas de utilizar la economía digital para mejorar todos los aspectos de nuestra vida diaria. Los datos muestran que en 2022, más personas en el mundo recurrieron a las finanzas digitales para solucionar aspectos de su vida financiera. Sin embargo, las condiciones volátiles del mercado, el aumento de las tasas de interés, el colapso de criptomonedas y la quiebra de varios bancos están obligando a innumerables empresas a repensar su modelo de negocio. ¿Qué sigue para los servicios financieros digitales en 2023?

En 2023, veremos una explosión de los productos fintech lanzados por grandes empresas tecnológicas y minoristas, así como bancos y proveedores de comercio electrónico. Veremos una variedad de empresas de giro no-financiero convertirse en fintechs, al ofrecer productos tales como préstamos y billeteras digitales.

A medida que han crecido las finanzas digitales, también lo ha hecho el riesgo de fraude. Como respuesta, veremos la consolidación del mercado de los procedimientos de seguridad. Necesariamente, habrá un crecimiento exponencial de proveedores antifraude. En México, urge un marco normativo que regule este último sector. 

Las fintechs B2B (business to business) cerrarán más acuerdos con bancos en 2023. Durante el último año, los bancos han sido bastante receptivos con relación a las fintechs B2B, ya que están demandando  productos para acelerar sus hojas de ruta digitales. Los bancos también se sienten más cómodos consumiendo las ofertas digitales. Algunos ejemplos destacables son las tecnologías antifraude para reducir el riesgo y mejorar el “onboarding digital”.

La fuente de ingresos para las fintechs será vulnerable durante el período de recesión. Pero las fintech que sobrevivan la crisis avanzarán hacia la creación de “ecosistemas” para diversificar sus ganancias y en los cuales los usuarios tengan la posibilidad de administrar su dinero, comprar, asegurarse, invertir y más etcéteras. Las que sobrevivan serán aquellas que encuentren estrategias para centrarse en fuentes más estables y seguras de ingreso, ya sea mediante el desarrollo de nuevos productos para vender a su base de clientes o construyendo líneas de negocio completamente nuevas.

En el contexto descrito, el think tank “México Exponencial” publicó recientemente un interesante estudio titulado “Finanzas Digitales, México frente al mundo”. La publicación se encuentra disponible en su página de internet y arroja interesantes conclusiones:

a) México ofrece un enorme potencial para desarrollar un sector de finanzas digitales. No obstante, se está quedando rezagado en comparación con otros países de Latinoamérica.

b) Resalta el caso de éxito de Brasil, el cual se explica en gran parte en razón de que dicho país impulsó una agenda regulatoria pro-competencia e innovación.

c) La baja penetración que persiste en América Latina, particularmente en México, se puede explicar por un rezago regulatorio.

Resulta evidente la necesidad de implementar componentes tecnológicos en los métodos de consumo de los mexicanos. Las Entidades Financieras reguladas necesitan que sus clientes puedan suscribir contratos, abrir cuentas de manera remota y realizar operaciones de manera no presencial.

No hay duda de que los reguladores mexicanos han dado pasos importantes: La publicación de la Ley Fintech, así cómo los requisitos mínimos para el “onboarding digital” del Sistema Financiero. Sin embargo, el esfuerzo no ha sido suficiente. La regulación que requiera la presencia física del cliente, la firma de formatos o el cotejo de documentos o que imponga formalidades innecesarias, puede terminar por “burocratizar” los servicios que en otras partes del mundo están centrados en la experiencia del cliente. Servicios justamente apoyados en la tecnología.

La CNBV ha diseñado dos opciones para el onboarding digital. La primera, para productos de bajo riesgo en cuya implementación se recaban y verifican los datos de manera remota en sustitución de la entrevista presencial y que no requieren de autorización previa. En la segunda, las empresas de tecnología financiera deben presentar una solicitud de autorización a la CNBV, en la cual detallan la infraestructura tecnológica de su proceso y la autoridad se asegura del cumplimiento regulatorio de sus obligaciones periódicas y no periódicas. Sin embargo, las fintechs se enfrentan a largos procesos burocráticos.

El Banco Central de Brasil se hizo responsable de regular la industria de pagos. La misión fue garantizar que todas las marcas de tarjetas de pago fueran aceptadas por la totalidad de los adquirentes, además de lanzar programas para aumentar la inclusión financiera y ofrecer créditos más asequibles. Desde entonces, ha habido en ese país un aumento en el número de participantes en la industria de pagos y la aparición de nuevos productos, los cuales han impulsado la competencia en el mercado.

¿Qué puede aprender México del caso brasileño? Es necesario ya tener una discusión seria y amplia, enfocada a abordar los problemas estructurales del sistema financiero, fomentar la innovación tecnológica y al mismo tiempo tratar de reducir el costo del crédito, mejorar la regulación bancaria e impulsar la eficiencia y competitividad en el sistema financiero para no rezagarnos más.

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