Bitcoin: ¿Un ‘villano ecológico’ o una alternativa confiable?
Por Moris Beracha
Es verdad. El consumo energético del Bitcoin es grande. De acuerdo con investigaciones de la Universidad de Cambridge, es superior al consumo anual individual de varios países, entre ellos Ucrania, Pakistán, Noruega, Argentina, Chile y los Emiratos Árabes Unidos.
Eso ha hecho que se encuentra en la mira de muchos. Organizaciones ecologistas, políticas, shitcoiners y no-coiners critican constantemente la moneda digital creada por Satoshi Nakamoto a causa de su minería. Sin embargo, es hora de que dejen de considerar a este criptoactivo como un 'villano ecológico' y comiencen a ver los beneficios que esta actividad trae.
Para empezar, Bitcoin surgió como una alternativa confiable a las monedas fiduciarias tradicionales. Ofrece un sistema financiero descentralizado, resistente a la censura y accesible a cualquier persona con una conexión a Internet. Y, además, los gobiernos, instituciones financieras u organismos multilaterales no tienen ningún control sobre su uso o valor.
Es más, en un mundo en el que los gobiernos devalúan o degradan continuamente sus monedas para estabilizar al día con sus deudas, uno de los beneficios más significativos de Bitcoin es su capacidad para proteger los ahorros de las personas en un mundo probable a la inflación y la devaluación de la moneda.
Además, el Bitcoin, a diferencia de las otras criptomonedas, tiene un número finito de monedas en circulación, y esta escasez inherente es lo que le da a la moneda su valor. Como resultado, Bitcoin se convierte en una excelente reserva de valor, especialmente cuando las monedas fiduciarias están perdiendo valor.
De hecho, en lo que va de año, Bitcoin ha recuperado su aliento. Por ejemplo, en abril su precio repuntó: romper romper la marca de 30.000 dólares por primera vez desde junio de 2022. Ese nivel había sido un punto de resistencia para la criptomoneda con mayor capitalización.
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