La economía venezolana apuesta por las criptomonedas
Latinoamérica es una de las regiones del mundo donde se dan con más intensidad las dos posturas contrapuestas en la adopción de las criptomonedas; por un lado están los países que, como Venezuela o El Salvador, con mucha mayor intensidad aún, han decidido apostar tanto institucional como socialmente por incorporar las criptomonedas a su sistema financiero y por otro lado está Bolivia, uno de los pocos países del mundo dónde se prohíben las transacciones y la minería de estos activos. Además, en un punto intermedio entre Venezuela o El Salvador y Bolivia, están el resto de los países, en los cuales en algunos casos la ciudadanía ha apostado con fuerza por las criptomonedas mientras que las autoridades no se pronuncian ni actúan abiertamente a favor o en contra de las mismas, más allá de advertir de su volatilidad y grabarlas con impuestos.
Aunque en este momento El Salvador es el país del mundo que más ha hecho por institucionalizar el uso de las criptomonedas en su país, hubo un tiempo en el que Venezuela estaba por delante, no en balde el Petro es la primera criptomoneda creada por un banco central, y esa posición de cabeza no está demasiado lejos si se tiene en cuenta el nivel de uso que estos activos han alcanzado entre la ciudadanía venezolana.
Criptomonedas para esquivar la inflación
Mientras en algunos países se veía a las criptomonedas como bitcoin como un activo especulativo de riesgo (la cotización BTC/USD muestra perfectamente esa alta volatilidad) con el que intentar obtener un gran beneficio gracias a su alta volatilidad, en países como Venezuela se ha visto a las criptomonedas como una forma de mantener el valor del capital ahorrado y como una forma cómoda de realizar transacciones, ya que las criptomonedas y las exchanges se vuelven una opción más atractiva si cabe en el caso de la población no bancarizada, no en balde es normal que las exchanges ofrezcan una tarjeta asociada para realizar compras con las criptomonedas, una opción que cada vez más y más comercios están incorporando dada la aceptación cada vez mayor de este nuevo dinero digital y de la facilidad material de abrir una cuenta, que en muchos casos no requiere más que de acceso a internet, un dispositivo móvil y la capacidad de verificar la identidad del usuario.
Y es que, a pesar de que la seguridad de las criptomonedas ha estado siempre muy cuestionada en gran parte por la falta de respaldo de una entidad estatal como un banco central, los recientes acontecimientos han demostrado la fragilidad de activos como el dólar o el euro, que hasta hace poco fungía prácticamente como si de oro se tratase (al menos en su faceta de reserva) y en este momento se encuentran más cuestionados que nunca, en parte por la emergencia de otras monedas como el yuan y en parte debido a la emisión de moneda sin precedentes fruto de las necesidades creadas por la pandemia, que en el caso del dólar ha supuesto que se hayan impreso más unidades de esta moneda en los últimos años que en los siglos anteriores, algo contraproducente si se tiene en cuenta que el valor de una moneda, ya sea acuñada en metal, impresa en papel moneda o tome la forma de un apunte fiscal, depende en gran medida de su escasez, algo que se garantiza en el caso de las criptomonedas, que incluso en el caso de aquellas que como el ethereum no tienen un límite en su emisión, tienden a la deflación de su masa, ya sea por la quema de tokens, la recompensa por bloque cada vez menor e incluso por la pérdida de claves privadas, lo que en la práctica tiene los efectos de una quema involuntaria por parte del infortunado cripto-propietario.
Fuente: https://www.eluniversal.com/economia/123965/la-economia-venezolana-apuesta-por-las-criptomonedas
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