Las divisas digitales se hacen hueco en el sistema de pagos internacional

 


Los principales bancos centrales del planeta han abierto el melón de las monedas digitales. Después de una larga década de convivencia inversora con las criptomonedas, y bajo la tutela del Banco Internacional de Pagos (BIS, según sus siglas en inglés), institución de la que emanan las regulaciones de la industria financiera y bancaria, las autoridades monetarias han sucumbido a los efectos de la digitalización.

Las divisas electrónicas mediante tecnología ‘blockchains’, sobre la que se asientan las más de 2.000 criptomonedas que operan en el mundo, han dejado de ser un asunto tabú. Ante el declive de los pagos en cash, la paulatina caída del dinero en circulación y los menores costes para las entidades financieras por el uso de una modalidad que añade, además, enormes posibilidades de certificación de las transacciones, los organismos de supervisión empiezan a admitir su influencia en beneficio de la estabilidad monetaria.

El proceso en ciernes, aunque ya avanzado con proyectos operativos en curso, requerirá una coexistencia pacífica del dinero digital y líquido. Mientras el sector privado -la industria bancaria- se acomoda para jugar un papel estelar en este cambio de paradigma. El BIS ha puesto sobre la mesa los criterios y protocolos que deben regir la hoja de ruta a seguir. Una encuesta de este organismo entre 66 bancos centrales revela que el 80% de ellos considera este avance ineludible y el 10% espera lanzar su divisa digital en uno o tres años.

El BCE ha recogido el testigo para explorar el cripto-euro. Una tendencia que también están dispuestos a seguir el resto de sus instituciones hermanas más importantes. Uno de los detonantes de este súbito cambio de parecer ha sido la puesta en escena, por parte de Facebook, de su propio sistema de pagos electrónico, la Libra.

 

Las enormes fluctuaciones en el valor de las criptomonedas ha sido una constante desde que, en 2009, Satoshi Nakamoto -con independencia de si es una persona física o el pseudónimo individual o de un grupo de expertos inversores- diera carta de naturaleza al protocolo Bitcoin -la divisa con tecnología blockchain por antonomasia- y su software de referencia, publicado un año antes. El uso de bitcoins atrajo desde el principio a figuras neoliberales y simpatizantes de la ausencia de todo tipo de control y supervisión en las finanzas globales.

Aunque no fue hasta el ejercicio 2013, en plena travesía europea por su crisis de deuda, con multimillonarios rescates a cinco socios monetarios, cuando inició su etapa de esplendor. Una paulatina revalorización de proporciones casi dantescas -su cotización inicial era de 0 dólares-, que le llevó a rozar los 20.000 dólares por unidad en 2017 -exactamente, 19.783, su récord, del 17 de diciembre- no exenta de oscilaciones, como el escándalo de fuga del sistema de 750.000 bitcoins en 2014, ejercicio en el que se sucedieron informaciones sobre una posible prohibición de su uso en China. En cualquier caso, la historia del bitcoin deja 2013 como su salto inversor.

Fuente: https://www.estrategiasdeinversion.com/analisis/bolsa-y-mercados/informes/las-divisas-digitales-se-hacen-hueco-en-el-sistema-n-460753

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